domingo, 24 de junio de 2012

UN HUMILDE Y SANTO TRABAJADOR EN LA VIÑA

UN HUMILDE Y SANTO TRABAJADOR EN LA VIÑA


Una voz unánime se ha escuchado en Roma durante la última semana: el Santo Padre es, verdaderamente, un hombre de Dios. En los días previos al VII encuentro mundial de las familias que se llevó a cabo en Milán, probablemente la ciudad más rica de Italia y, sin duda, una de las diócesis más importantes de la Iglesia universal, había una especie de morbo enfermizo por ver las reacciones del Papa. Los medios de comunicación estaban necesitados de seguir usufructuando el escándalo de la filtración de algunos documentos privados del Pontífice. La respuesta de Benedicto XVI ha sido no solo la de un hombre de Estado de primer nivel sino que nos sigue dando ejemplo de lo que debe ser cualquier cristiano sometido a la prueba, a la calumnia y la persecución. Lo he dicho en varias ocasiones y constato que si algo ha caracterizado a este Papa, cuando lo quieren aparecer débil en relación con su sucesor inmediato, es el modo como demuestra una tranquilidad, una paz y una serenidad apabullantes que hace que su figura se afiance y crezca más cada día.

Ha sido criticado por posiciones ideológicas antagónicas; aparentemente, ha sido traicionado por uno de sus colaboradores más cercanos; se han hecho públicos algunos acontecimientos de sacerdotes que han escandalizado al mundo con sus acciones, incluso hay quien ha asegurado que está por presentar su renuncia. Sin embargo, el Santo Padre se mantiene firme y, justo cuando parece que algo más está por estallar, ha mostrado a los pueblos del mundo la razón, la belleza y el poder regenerador del cristianismo. Algunos han dicho que es muy anciano para conducir y renovar la Iglesia y él ha emprendido una labor de purificación desde las entrañas mismas de la Santa Sede. Lo han acusado de que es muy académico para ser entendido por la gente simple y, no obstante, desde que inició su pontificado, el número de los participantes a sus audiencias se ha triplicado. Para quienes han afirmado que es demasiado dogmático para dialogar con la modernidad, su respuesta ha sido la valentía con la que ha dialogado con científicos, ateos, agnósticos universitarios, disidentes y cismáticos, judíos, musulmanes y a todos ha dejado maravillados con su sabiduría.

Para quienes han dicho que es demasiado débil para hacer frente a la traición, a la corrupción, a la pérdida de fe, Benedicto XVI ha salido airoso con la fuerza de su palabra evangelizadora y la contundencia de su testimonio profético. En el VII Encuentro Mundial de las Familias ha demostrado la renovada capacidad del cristianismo para convertir los corazones y dar esperanza a los pueblos del mundo. Cuando somos testigos del modo como todo parece derrumbarse: las finanzas, las ideologías, los ídolos, los partidos políticos, los edificios públicos, las vocaciones, e incluso la fe, el Papa reunió a ochenta mil jóvenes confirmandos y sus catequistas en el estadio “Giuseppe Meazza”. Con valentía, los animó a vivir la santidad como "el camino normal del cristiano", y los invitó a ser "disponibles y generosos hacia los demás, porque el egoísmo es el enemigo de la verdadera alegría". "Sean abiertos a lo que sugiere el Señor –les dijo-, y si los llama a seguirlo ¡no le digan que no!", porque "Jesús llenará su corazón para toda la vida".

A las familias de todas partes del mundo les dijo que el futuro pertenece a aquellos que tienen fe en Jesucristo. A los funcionarios de la administración pública les explicó que para superar la crisis: "no sólo se necesitan decisiones técnico-políticas valientes, sino de aquella ‘gratuidad’ que deben motivar las decisiones de los cristianos. Contra la crisis, la justicia no es suficiente a menos que sea acompañada del amor por la libertad", y es en este contexto que la política debe convertirse en "una forma superior del amor" para las personas y para el bien común”. Es un hecho innegable que Benedicto XVI ha mostrado su determinación firme y serena para dirigir la “barca de Pedro”, iluminando e inflamando los corazones y las mentes del mundo entero. Es un gusto constatar cómo el “humilde trabajador en la viña" como se definió al inicio de su pontificado, ha cumplido su promesa: está podando la viña, haciéndola más libre y fuerte ante los intentos de manipulación y contaminación. Es un anciano, es verdad, parece frágil de cuerpo, también es cierto, pero la manera en que está limpiando la Iglesia, con su deseo firme de volverla transparente y abierta, es algo extraordinariamente heroico.

Los cristianos debemos estar orgullosos de comprobar que –como ningún otro Papa-, ha logrado en tan poco tiempo arrancar de raíz la corrupción de algunas instituciones, cortar las ramas secas y hacer crecer la viña del Señor en medio de tantas dificultades. Probablemente Benedicto XVI no sea del todo carismático pero es, sin lugar a dudas, una bendición de Dios, un hombre santo que no ha tenido miedo a los poderes de este mundo. Con su ejemplo nos está indicando lo que todos tenemos que hacer como Iglesia de Dios: purificar y extirpar lo que no funciona en nuestra vida porque la corrupción, los escándalos y la falta de testimonio no solamente están en la Curia Romana.

P. Jaime Emilio González Magaña, S. I.

lunes, 18 de junio de 2012


EDUCACIÓN: HOY Y MAÑANA

El 15 de enero de 1588 el Papa Sixto V publicó la Constitución Immensa con la que se fundaba la Congregación para las Universidades y los Estudios Romanos, para supervisar los estudios impartidos en las universidades de Roma y otras notables de la época como Boloña, París o Salamanca. La reforma de la Curia Romana de Pío X en 1908, confirmó esta misión y en 1915 recibió el nombre de «Congregatio de Seminariis et Studiorum Universitatibus» y desde entonces es responsable del sector de las escuelas y universidades católicas y eclesiásticas, así como de los seminarios para los candidatos al sacerdocio. En 2015 celebrará su centenario junto con otros significativos aniversarios de algunos importantes documentos que han analizado el tema de la misión educativa de la Iglesia: el cincuentenario de la declaración sobre la educación cristiana Gravissimum educationis así como del Decreto Optatam totius del Concilio Vaticano II, que abordó el tema de la formación sacerdotal. Además, se celebrará el vigésimo quinto aniversario de la Constitución Apostólica Ex corde Ecclesiae dedicada a las universidades católicas en todo el mundo.

El acontecimiento se sitúa ante la constatación de lo que el Santo Padre Benedicto XVI describió en su discurso de apertura del Congreso de la Diócesis de Roma, el 11 de junio de 2007 cuando afirmaba: «hoy, toda obra de educación parece ser cada vez más ardua y precaria. Se habla por lo tanto de una gran "emergencia educativa", de la creciente dificultad que se encuentra en transmitir a las nuevas generaciones los valores básicos de la existencia y de un recto comportamiento, dificultad que implica a la escuela como a la familia y se puede decir a cada organismo que se proponga objetivos educativos sólidos. Podemos añadir que se trata de una emergencia inevitable: en una sociedad y en una cultura que muy frecuentemente hacen del relativismo el propio credo - el relativismo se ha convertido en un tipo de dogma -, en una sociedad así falta la luz de la verdad, más bien se considera peligroso hablar de la verdad, es considerado como "autoritario" y se acaba por dudar de la bondad de la vida -¿Es bueno ser hombre? ¿Es bueno vivir? - y de la validez de las relaciones y los compromisos que constituyen la vida».

Ante esta situación, la Santa Sede ha convocado un primer encuentro de reflexión programado para los días 22 y 23 de junio de este año que se desarrollará en torno al tema: «Educación: hoy y mañana». El Dicasterio ha visto la conveniencia de favorecer una profundización de la cuestión preeminente de la educación así como el poder insistir en un renovado empeño de todos aquellos que, por misión recibida de nuestros superiores, nos vemos implicados de alguna forma en este apasionante apostolado. Como parte sustantiva y preparatoria, la congregación vaticana habrá de definir las líneas claves de un documento llamado Instrumentum laboris o instrumento de trabajo, firmemente convencida de la necesidad de ponerse a la escucha de quienes hemos hecho de los temas educativos la «pasión» de nuestro ser y quehacer, de nuestra búsqueda científica y, sobre todo, de nuestro deseo de poner al Señor Jesús en el centro de nuestra misión apostólica.

En este primer encuentro estarán presentes Michel Camdessus, Presidente del Fondo Monetario Internacional de 1987 a 2000, Mons. Francesco Follo, Observador permanente de la Santa Sede ante la UNESCO, Herman Van Rompuy, Presidente del Consejo Europeo, Piero Cipollone, Director Ejecutivo del Banco Mundial en Italia, Mons. Guy-Real Thivierge, Secretario de la Federación Internacional de Universidades Católicas, entre otros. Las universidades invitadas son: Georgetown, Harvard, Boston College, Loyola, Sorbonne de París, Saint Augustine de Sudáfrica, San Carlos de Filipinas, Sacro Cuore y Lateranense de Italia y, aunque ciertamente indigno, he sido convocado a participar como representante de la Gregoriana. Las líneas de reflexión que estarán a la base de las sesiones de trabajo ponen especial énfasis en los aspectos más relevantes de la educación en el contexto socio-cultural actual y en la perspectiva del futuro. Las sesiones de trabajo han sido distribuidas en tres partes bien delimitadas: 1. La primera es de carácter diagnóstico y su objetivo será presentar la situación de la educación católica en nuestros días. 2. El objetivo de la segunda parte consiste en estudiar, analizar y profundizar los «puntos fundamentales», es decir, aquellos elementos que caracterizan la educación desde la perspectiva de la Iglesia católica. 3. La tercera propone algunas pistas concretas de reflexión, que son también los medios para salir de la situación de emergencia educativa que deberá ser analizada en la primera parte.

P. Jaime Emilio González Magaña, S. I.
24 de Junio de 2012.

domingo, 17 de junio de 2012

El Confesor: campo de acción.

c. El Confesor


El Confesor «es un sacerdote autorizado por el Obispo, que, por su competencia, virtud, discreción y benevolencia, da confianza a los alumnos para que acudan con frecuencia al Sacramento de la Reconciliación».(11) Su labor se desarrolla en el fuero interno de manera sacramental. La libertad de elección del confesor está tutelada en el Código de Derecho Canónico, por lo en este caso no existe la necesidad de notificar al Rector de quien se confiesa o con quien se confiesa.

En este sentido, el Seminario debe garantizar la presencia, al menos un Director Espiritual en la vida interna de la comunidad para favorecer la frecuencia a la confesión. El Código de Derecho Canónico (12) orienta que al menos dos veces al año, el Seminario invitará a otros confesores externos ante los cuales los seminaristas puedan recurrir para recibir el sacramento de la Penitencia . (13)

El Director Espiritual tiene la responsabilidad en el proceso formativo en el ámbito de la Dimensión Espiritual por lo tanto, sus principales funciones son:

• Dirigir y coordinar los diversos ejercicios de piedad y de la vida litúrgica (14), en donde «la Eucaristía sea el centro de toda la vida del Seminario». (15)

• Coordinar a otros sacerdotes autorizados por el Obispo para cumplir el rol de directores espirituales o confesores de los alumnos, con el objetivo de asegurar la unidad de criterios en el discernimiento vocacional. (16)

• Es el principal responsable de la coordinación de la vida espiritual del Seminario y todo lo que concierne a los momentos de oración y de piedad. Por lo que estará atento a una adecuada programación de las actividades como son los ejercicios espirituales, retiros, Eucaristías, etc.

• Motivar al alumno a la frecuencia del sacramento de la reconciliación por medio de las celebraciones penitenciales comunitarias.

• Favorecer el encuentro personal de la dirección espiritual, por lo cual debe estar a tiempo completo a este servicio.

• Salvaguardar la confidencialidad del fuero interno, sacramental o extra sacramental, valorando como sagrado la apertura de la conciencia del alumno.

• Ayudar a los seminaristas a descubrir la relación entre el coloquio espiritual y la confesión sacramental, teniendo cuidado de hacerles entender que la apertura del sagrario de la conciencia lleva a la acusación de los pecados.

• Recomendar la necesidad y la importancia de la confesión frecuente sin olvidar lo establecido jurídicamente tomando en cuenta que se ha concedido al seminarista la libertad total en la elección de su propio confesor. (17)

• Comprometido en ayudar a los seminaristas a entender cuál es la esperanza de su vocación, si se detecta que el camino del discernimiento vocacional no conduce a la meta del ministerio ordenado, debe hacer que esta orientación sea madurada, digerida con tranquilidad y con calma, evitando, en cuanto sea posible que la medida de expulsión del seminario, tomada por parte del Rector, cauce heridas profundas. (18)

• Contar con las necesarias aptitudes para el campo de la Dirección Espiritual, así como en Teología Espiritual y en otras ciencias del conocimiento y guía de las personas, además de contar el mismo con un Director Espiritual. (19)
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(11)Ver CONFERENCIA DEL EPISCOPADO MEXICANO, Orientaciones para la Formación Espiritual en los Seminarios Mayores de México, 161.

(12) «Además de los confesores ordinarios, vayan regularmente al seminario otros confesores; y, quedando a salvo la disciplina del centro, los alumnos también podrán dirigirse siempre a cualquier confesor, tanto en el seminario como fuera de él». CIC 240§1.
(13) Ver CIC 240 §1.
(14) Ver CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA, Directrices sobre la preparación de los formadores del Seminario, Roma, 4 de noviembre de 1993, 44.

(15) CIC 246 § 1.
(16) Ver CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA, Directrices sobre la preparación de los formadores del Seminario, Roma, 4 de noviembre de 1993, 44.
(17) Ver CIC 246§4.
(18) Ver PANIZZOLO, Sandro, Il prete e la sua formazione, Edizione Dehoiniane, Bologna,2008, 87-88.

(19)Ver CONFERENCIA DEL EPISCOPADO MEXICANO, Orientaciones para la Formación Espiritual en los Seminarios Mayores de México, 161 y 164.
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NOTA: Esta es la 3ra parte de 3.




sábado, 16 de junio de 2012

El Moderador de la Vida Espiritual

a. El Director Espiritual


El Director Espiritual es una persona nombrada de manera oficial, escogida y enviada por el Obispo para que forme parte del equipo formador del seminario, su labor es cuidar el aspecto de la vida espiritual de los seminaristas, actúa y se mueve en un doble plano:

Sobre el plano comunitario situado en el fuero externo y como animador de la vida espiritual de todo el Seminario le corresponde la coordinación de varios ejercicios de piedad y de la vida litúrgica, también es de su competencia dar a conocer instrucciones sobre la vida espiritual en general y sobre la vida sacerdotal, organizando los tiempos del espíritu para los candidatos al sacerdocio, a menos que el mismo Rector no se avoque a esto.

Sobre el plano personal, en el fuero interno (no sacramental en cuanto tal), como director o acompañante o consejero espiritual de cada los seminaristas que lo hayan elegido como ayuda para la búsqueda de la voluntad de Dios, sobretodo encontrando el discernimiento de la autenticidad de la propia vocación, y como maestro y guía en el Espíritu.

El Director Espiritual, a través del coloquio personal con el seminarista, debe ayudarle a fortalecer su crecimiento en la oración personal y adecuando a su propia vida la fe, pero tiene que evitar caer en una opinión parcial de su vocación, selectiva, intimista, arbitraria, para que pueda impregnar en el candidato un discernimiento claro, logrando un criterio maduro de opción sacerdotal.

Para llevar a cabo esta función sobre el plano personal el Obispo puede designar, y es mejor que así sea, otros sacerdotes. Así se puede responder mejor, y en un modo más adecuado, que sea delegada para tal función, una persona de plena fe que pueda garantizar la unidad de la dirección del seminario y de esta manera, sea asegurada y resguardada a todos y a cada uno la libertad de abrir y manifestar la propia conciencia.

b. El Moderador de la Vida Espiritual

Es un sacerdote escogido libremente por el candidato para la propia formación espiritual, fuera de la personas designadas por el Obispo para la dirección espiritual en el Seminario. Su nombre debe ser notificado al Rector para obtener la aprobación de su elección y para garantizar el principio de libertad de conciencia de los seminaristas ya que su labor está sobre el fuero interno, de esta manera se garantiza no caer en una anarquía de la formación espiritual, que atente contra la unidad de la dirección espiritual conveniente en cada seminario.

La función del Moderador Espiritual es la misma que realiza el Director Espiritual en cuanto a la acción del plano personal. Se diferencia formalmente del Director Espiritual Oficial en dos puntos:

Actúa solo sobre el plano personal y no sobre el plano comunitario; y ser elegido no de manera oficial sino presentado por el Rector al Obispo.

Es elegido por parte del alumno, pero con la aprobación del Rector para el ejercicio de su labor espiritual sobre el seminarista.
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(8) Ver CIC 239§2
(9) «Acostumbren los alumnos a acudir con frecuencia al sacramento de la penitencia, y se recomienda que cada uno tenga un director espiritual, elegido libremente, a quien puedan abrir su alma con toda confianza».

(10) Ver CIC 246§ 4
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NOTA: Esta es la 2da parte de 3

viernes, 15 de junio de 2012

El Director Espiritual en el Seminario

El Director Espiritual dentro de la Formación Sacerdotal en el Seminario

 
Pbro. Angel de Jesús Godoy Juárez

El Director Espiritual es una figura importante dentro de la formación sacerdotal, los documentos de la Iglesia lo consideran en como parte esencial de la comunidad educativa y además como miembro del Equipo Formador. El sacerdote que cumpla esta misión debe contar con estas cualidades: «Santidad de vida y competencia doctrinal, humildad, caridad, prudencia, discreción, paciencia, intensa vida espiritual, experiencia pastoral y pedagógica» .

El Director Espiritual viviendo en el Seminario se coloca en primera línea, al interno de la comunidad formativa, para ayudar a los formandos a luchar contra el espíritu de aislamiento, de indiferencia, de pasividad y de autosuficiencia. Ayuda al formando a clarificar una constante tensión entre los dos polos fundamentales de la vida: la soledad y la comunión.

Como parte del Equipo formativo, el Director Espiritual acompaña a los seminaristas de una manera visible y externa, organizando y coordinando algunos momentos de la vida del seminario, ya que desarrolla desarrollar una actividad pública y no solo privada. Esta misión, si la ocasión se presenta, se puede realizar con algunas personas que no sean residentes del Seminario.

Por otra parte, el Director Espiritual tiene una responsabilidad mayor que se coloca en el campo del fuero interno en el proceso de acompañamiento del seminarista, ayudándole a comprender y a aceptar la voluntad de Dios, en el discernimiento vocacional, en la promoción y el ejercicio de la oración personal. Por esta razón dada la importancia de del Director Espiritual en la proceso vocacional el Código de Derecho Canónico expresa: «En todo seminario ha de haber por lo menos un Director Espiritual, quedando sin embargo libres los alumnos para acudir a otros sacerdotes que hayan sido destinados por el Obispo para esta función».

El Padre Maurizio Costa distingue tres figuras fundamentales en el acompañamiento espiritual de los seminaristas: el Director Espiritual, el Moderador de Vida Espiritual y el Confesor.
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(1) Ver COSTA, M., Tra identità e formazione, Edizione ADP, Roma 2003, 304.

(2) Ver CIC 1051§1; CONFERENCIA DEL EPISCOPADO MEXICANO, Orientaciones para la Formación Espiritual en los Seminarios Mayores de México, 147.
(3) Ver PANIZZOLO, S., Il prete e la sua formazione, Edizione Dehoiniane, Bologna 2008, 87.
(4) Ver CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA, Directrices sobre la preparación de los formadores del Seminario, Roma 4 de noviembre de 1993, 44.
(5) Ver COSTA, M., Tra identità e formazione, Edizione ADP, Roma 2003, 305.
(6) CIC 239§2
(7) Los temas sobre el Director Espiritual, el Moderador de Vida Espiritual y el Confesor son traducción nuestra con algunas adaptaciones de Costa, M., Tra identità e formazione, Edizione ADP, Roma 2003, 305 – 309.
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NOTA: Es la 1ra parte de 3.

jueves, 14 de junio de 2012

BENDITA HUMILDAD


La reciente publicación del escritor italiano Andrea Monda intitulada “Benedetta umiltà” refleja magníficamente su contenido dedicado a las virtudes simples del Santo Padre entre las que destaca precisamente su humildad. En el contexto del cumpleaños número 85 de Josef Ratzinger y los siete años del pontificado de Benedicto XVI se han escrito muchos comentarios del Sumo Pontífice que se ha ganado el corazón de los cristianos por su muy peculiar forma de ser. Como lo he mencionado en otras ocasiones, del mismo modo que Paulo VI tuvo que “sufrir” las comparaciones al suceder al carismático y bondadoso Juan XXIII, el Santo Padre ha tenido que “luchar” contra la absurda opinión de algunos que insisten tontamente en compararlo con el no menos carismático Juan Pablo II. Recuerdo que, desde el momento de su elección y en la misma Plaza de San Pedro, algunos ignorante comentaristas comenzaron a criticarlo, primero por el hecho de ser alemán y, después por la supuesta “línea dura” con la que había dirigido la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Durante los siete años de su pontificado ha sido criticado tanto por la derecha como por la izquierda e, incluso, ha sido incomprendido por quien se ha identificado con su pensamiento y que, por lo tanto, tendría que ayudarle a transmitir su mensaje. Pese a sus detractores, es innegable que Benedicto XVI se ha ganado la simpatía del mundo justamente porque es congruente con lo que predica y de ningún modo pretende ganarse la aceptación de nadie con hechos teatrales o que podrían mover las masas en su favor. Bastaría con observar al pastor sencillo y humilde en el modo de arrodillarse, en la forma como se acerca a la gente, sin aspavientos, sin llamar la atención de las miles de cámaras fotográficas que están pendientes de él, sin contar con los medios de comunicación que lo acosan como si quisieran encontrar el más mínimo error en sus apariciones públicas. Cuando uno está cerca de él, se tiene la sensación que tiene cuatro ojos cuando nos mira fijamente y nos hace sentir que en ese momento somos la persona más importante para él.

Si las masas acudían a la Plaza de San Pedro a ver a Juan Pablo II, el número se ha triplicado para escuchar al teólogo Benedicto XVI quien nos habla de Dios no como el totalmente Otro sino como Aquél a quien nos podemos acercar con alegría y esperanza en el futuro. La búsqueda de Dios está en el centro de sus homilías con una sencillez humanísima, con una apabullante fe que deja ver su abandono confiado en las manos de Dios. En Roma lo admiramos como el Papa que se ha atrevido a emprender una purificación profunda de la Curia Vaticana. Ha sido muy atacado por iniciar la reconciliación con los tradicionalistas lefebvrianos o por la decisión de consentir la celebración de la misa antigua con la intención de favorecer la posibilidad de que el viejo rito preconciliar y el nuevo rito posconciliar se enriquezcan mutuamente, haciendo recuperar en mayor medida al primero el sentido de lo sacro y del encuentro con el misterio a veces demasiado reajustado por la dejadez y por los abusos litúrgicos.

Ante su hermano Georg y sus más cercanos colaboradores, en la Misa del día de su cumpleaños pronunció una homilía personal y conmovedora en la que expresó: «Me encuentro ante el último tramo del recorrido de mi vida y no sé qué me espera. Sé, sin embargo, que la luz de Dios está allí, que Él ha resucitado y que su luz es más fuerte que cualquier oscuridad, sé que la bondad de Dios es más fuerte que todos los males de este mundo. Y esto me ayuda a proceder con seguridad. Esto nos ayuda a seguir hacia adelante, y en esta hora agradezco de corazón a todos los que continuamente me permiten percibir el ‘sí’ de Dios a través de su fe». Necesitamos orar mucho por el Santo Padre para que Dios, el Señor, le siga concediendo mucha salud e inteligencia para enfrentar los males de este mundo que insisten en oponerse a su misión de testimonio y profecía.
P. Jaime Emilio González Magaña, S. I.

miércoles, 13 de junio de 2012

Invitación: Encuentro de Verano 2012 en Morelia


ENCUENTRO DE INVESTIGACION Y ACTUALIZACION SOBRE LA FORMACION SACERDOTAL
 
Reverendo presbítero

C.I.F.S. MEXICO (Comunidad de Investigación sobre Formación Sacerdotal) tiene el honor de invitarte a su Segundo Encuentro de Investigación y Actualización sobre la Formación Sacerdotal.

El tema de este encuentro será: LAS CRISIS Y SU IMPACTO EN LA FORMACION SACERDOTAL. Este argumento, central en la formación sacerdotal de nuestros días será analizado en sus diferentes aspectos por algunos sacerdotes egresados de la “Pontificia Universidad Gregoriana” después de haber terminado la Licencia en Teología con especialización en Espiritualidad , en el Centro Interdisciplinar para la Formación de los Formadores al Sacerdocio y el Instituto de Espiritualidad y la Licencia en Psicología en el correspondiente Instituto.

Nuestro encuentro de investigación y actualización, tiene como finalidad, afianzar nuestra comunidad de egresados CIFS, Espiritualidad y Psicología enriquecernos y ofrecer medios necesarios para nuestra formación permanente de modo tal que podamos servir mejor a la Iglesia desde nuestra misión como formadores.

Este encuentro se llevará a cabo los días 25, 26 Y 27 de Julio del presente año, en la ciudad de Morelia Michoacán, con la hospitalidad de nuestro hermano, el Padre Hugo Agustín Delgado Medel de la misma Arquidiócesis anfitriona.

Si está usted interesado en participar, le rogamos que, por favor confirme su asistencia a las siguientes direcciones electrónicas jorgecha79@hotmail.com o padrechapu@hotmail.com

Rogamos al Señor, único formador y maestro que nos podamos encontrar para reforzar nuestra amistad y poder profundizar nuestra disposición interior de aprender a aprender en la vida, hasta el último suspiro.

Coordinador: Pbro. Edgar Jiménez
Secretario: Pbro. Jorge Armando Chávez
Ecónomo: Pbro. Mario Villanueva Arellano

Acompañante: P. Jaime Emilio González Magaña, S. I.

El horario de las actividades es el siguiente

MIERCOLES 25
11:00 am – 01:30 pm Llegada e instalación
02:00 pm – 03:00 pm Comida
03:00 – 04:00 Bienvenida
04:00 – 04:30 Coffe Break
04:30 – 05:45 1er tema LA CRISIS impartido por P. Jorge A. Chávez
05:45 – 06 40 Trabajo por grupos
07:00 Vísperas y Eucaristía
08:00 Cena y convivencia

JUEVES 26
07:30 am _ 08:00 am Laudes y oficio
08:00 – 09:00 Desayuno
09:10 – 10:20 2do tema CRISIS DE COYUNTURA impartido por P. Mario Villanueva
10:20 – 10:40 Coffe Break
10:40 – 12:00 pm 3er tema CRISIS DE AUTORIDAD impartido por P. Edgar Jiménez
12:00 – 01:00 Trabajo por grupos
02:00 Comida
04:00 – 05:10 4to tema CRISIS AFECTIVO-SEXUAL impartido por P. Hugo A. Delgado
05:10 – 05:30 Coffe Brak
05:30 – 06:10 Trabajo por grupos
06:10 – 07:00 Exposición del trabajo realizado en grupos
07:10 Vísperas y Eucaristía
08:15 Cena (Salida al centro de la Ciudad después de cena)

VIERNES 27
07:30 am _ 08:00 am Laudes y oficio
08:00 – 09:00 Desayuno
09:10 – 10:20 5to tema CRISIS ESPIRITUAL impartido P. Emilio González M.
10:20 – 11:00 Trabajo por grupos
11:00 – 11:20 Coffe Break
11:20 – 12:10 Evaluación
12:30 Eucaristía
01:30 Comida y despedida.

Ataques al Papa y a la Iglesia

LOS ATAQUES AL PAPA Y A LA IGLESIA


El día de su cumpleaños, el Santo Padre compartió algunos datos muy personales y significativos que nos ayudan a entender de dónde le viene la fuerza para soportar la incomprensión y aun la persecución. El pontífice dijo que Santa Bernadette, la vidente de Lourdes, y San Benito José Labre, un santo del siglo XVII conocido como el “peregrino de los mendigos”, son las dos figuras de referencia que ha tenido desde pequeño. Expresó que Santa Bernardette Subirous, la vidente de las apariciones de Lourdes, “ha sido siempre para mí un signo (…) de cómo deberíamos ser. Del hecho que con todo el saber y el hacer, que son necesarios, no debemos perder el corazón sencillo, la mirada simple del corazón, capaz de ver lo esencial”. Añadió que Bernardette “sabía ver” lo que la Virgen le señalaba: “la fuente de agua viva, pura”. Agua que es imagen “de la verdad que viene a nuestro encuentro en la fe, de la verdad no disimulada y no contaminada”. Porque “para poder vivir, para poder llegar a ser puros, necesitamos que en nosotros nazca la nostalgia de la vida pura, de la verdad verdadera, de lo no contaminado por la corrupción, del ser humanos sin pecado”.

Asimismo, reflexionó sobre la figura de San Benito José Labre, fallecido un 16 de abril y con quien comparte el nombre de Papa y el de pila. Benito José es un santo que tiene su particularidad en el hecho que «no quiere hacer otra cosa que rezar y dar testimonio sobre aquello que cuenta” en la vida: Dios. No “un ejemplo a emular”, sino como “un dedo que indica lo esencial”: que solo Dios “basta” y que quien “se abre a Dios no se aleja del mundo ni de los hombres porque encuentra hermanos, porque en Dios caen todas las fronteras, porque solo Dios puede eliminar las fronteras porque para Dios, todos somos hermanos, hacemos parte los unos de los otros, que la unicidad de Dios significa al mismo tiempo la hermandad y la reconciliación de los hombres, el desmantelamiento de las fronteras que nos unen y nos curan”». De estos dos humildes santos, el humilde Papa ha tomado la fuerza para enfrentar una serie de ataques de quien se esperaba de él “mano dura” y “un enderezamiento doctrinal”, además de una reafirmación de la identidad cristiana europea de frente al islam. Si para la izquierda es considerado demasiado vuelto al pasado e incapaz de leer las señales de los tiempos, la derecha lo juzga demasiado débil.

Pero eso no es todo. En la homilía de la Misa crismal del Jueves Santo, el Papa compartió su dolor cuando mencionó la profunda crisis que estamos viviendo como Iglesia y que ahora hiere su corazón pues la amenaza viene de un grupo de sacerdotes austríacos y alemanes. Benedicto XVI la llamó situación «dramática» pues a la flagelación del escándalo de pederastia y abusos sexuales, se suma ahora el cisma silencioso de los llamamientos a la desobediencia. Estos hermanos insisten en el tan trillado tema de conceder el sacerdocio a las mujeres y la abolición del celibato, pero de fondo está también el no menos repugnante afán de hacer carrera, desgraciadamente difundido entre algunos eclesiásticos, por las fugas de documentos y por las grietas en la organización del aparato de la Curia Vaticana. Sin acobardarse ante los lobos que aúllan, el Papa sigue llamando a la conversión, a la penitencia y a la humildad y enfatiza: «la desobediencia, ¿es un camino para renovar la Iglesia? Queremos creer a los autores de esta llamada cuando afirman que les mueve la solicitud por la Iglesia; su convencimiento de que se deba afrontar la lentitud de las instituciones con medios drásticos para abrir caminos nuevos, para volver a poner a la Iglesia a la altura de los tiempos. Pero la desobediencia, ¿es verdaderamente un camino? ¿Se puede ver en esto algo de la configuración con Cristo, que es el presupuesto de toda renovación, o no es más bien sólo un afán desesperado de hacer algo, de trasformar la Iglesia según nuestros deseos y nuestras ideas?»

El Santo Padre ha pronunciado palabras duras, dramáticas y realistas sobre la situación y, no obstante, no ha dejado de mostrarse apacible y sereno incluso durante la tempestad y reconoce: «los ataques al Papa y a la Iglesia no sólo llegan desde fuera, sino que los sufrimientos de la Iglesia vienen precisamente de su interior, del pecado que existe en la Iglesia. Esto también se ha sabido siempre, pero hoy lo vemos de una manera realmente aterradora: que la mayor persecución de la Iglesia no proviene de los enemigos externos, sino que nace del pecado en la Iglesia y que la Iglesia por lo tanto tiene una profunda necesidad de volver a aprender la penitencia, de aceptar la purificación».

P. Jaime Emilio González Magaña, S. I.

martes, 12 de junio de 2012

Orar para superar pruebas

LA ORACIÓN PARA SUPERAR LAS PRUEBAS

Cuando no estamos verdaderamente en las manos de Dios y nos vemos sometidos al dolor o a los problemas, nuestra fe vacila, nos llenamos de dudas y todo nos hace pensar que Él nos ha abandonado. En ocasiones nuestra fe se vuelve interesada en los favores que Dios nos hace y nos alejamos si nos parece que Él no nos ha escuchado. Ciertamente equivocamos el camino cuando deberíamos estar más cerca para superar esos momentos de crisis y de prueba. En la audiencia general del nueve de mayo pasado, el Santo Padre, con su sabiduría característica, nos ha enseñado el valor de la oración en momentos como los que he referido antes. Para su catequesis, eligió el último episodio en la vida de San Pedro narrado en los Hechos de los Apóstoles: su encarcelamiento por orden de Herodes Agripa y su puesta en libertad por la intervención milagrosa del Ángel del Señor, en la víspera de su juicio en Jerusalén (Cf. Hch. 12,1-17).

En el pasaje citado, San Lucas escribe: "Mientras Pedro estaba bajo custodia en la prisión, la Iglesia no cesaba de orar a Dios por él" (Hch. 12,5). El Papa hizo énfasis en que "un grupo numeroso se hallaba reunido en oración" (Hch. 12,12) y destacó la actitud de la comunidad cristiana de cara al peligro y a la persecución. Nos hizo ver cómo la fuerza de la oración incesante de la Iglesia se eleva a Dios y el Señor escucha y realiza una impensable e inesperada liberación, mediante el envío de su ángel quien representa no sólo la liberación de Israel de Egipto, sino también la Resurrección de Cristo. Cuando todo parecía perdido, el ángel sacudió a Pedro y lo hizo levantar" (Hch. 12,7). Nos hace caer en la cuenta que la luz que llenó la habitación era la luz liberadora de la Pascua del Señor, que vence a las tinieblas de la noche y del mal, nos invita a ponernos en camino y seguirlo a Él sin vacilar. De ahí que ordena a Pedro: "Ponte el cinturón y sígueme” (Hch. 12,8).

En los momentos de desolación y confusión, es necesario que confiemos plenamente en el Señor, salir de nosotros mismos, de nuestros miedos y falsas seguridades y buscar fiarnos una vez más de Él que no nos fallará jamás. El Papa hizo énfasis también en la actitud confiada de Pedro que, mientras la comunidad cristiana ora fervientemente, él "dormía" (Hch. 12,6) porque su confianza estaba en Aquél que no lo dejaría jamás. En la vivencia de Pedro podemos contemplar cómo actúa Dios cuando el hombre en peligro se abandona completamente en Él, se fía en su presencia y en la oración de la comunidad. Su testimonio nos ayuda a ver que así debe ser nuestra oración: asidua, en solidaridad con los demás, confiando plenamente en que Dios nos conoce en el fondo y cuida de nosotros. Obviamente, para llegar a esta actitud se requiere fidelidad y una fe completa en la acción de Dios que no nos abandona a pesar de que todo parezca indicar lo contrario.

Es necesario, pues, que cuando atravesemos la noche de la prueba, estemos en vigilancia y en oración que es la que nos sostiene pues, como dijo Benedicto XVI: «una comunidad en crisis, en dificultad, no a causa de la persecución, sino porque en su interior hay celos y contiendas (Cf. St. 3,14-16). Y el Apóstol se pregunta la razón de esta situación. Se encuentra con dos razones principales: la primera es el dejarse dominar por las pasiones, por la dictadura de sus propios deseos, del egoísmo (Cf. St. 4,1-2a); el segundo es la falta de oración: ‘no piden’ (St. 4, 2b) -o la presencia de una oración que no se puede definir como tal- ‘Piden y no reciben, porque piden mal, con el único fin de satisfacer sus pasiones’ (St. 4,3). Esta situación cambiaría, según Santiago, si toda la comunidad hablase con Dios, rezando asiduamente y unánime de verdad. Incluso el discurso sobre Dios, de hecho, puede perder su fuerza interior y hasta el testimonio se seca si no están animadas, apoyadas y acompañadas por la oración, por la continuidad de un diálogo vivo con el Señor. Un recordatorio importante para nosotros y nuestras comunidades, tanto las pequeñas como la familia, así como las más amplias como la parroquia, la diócesis, la Iglesia entera. Me hace pensar que han orado en esta comunidad de Santiago, pero han orado mal, sólo para sus propias pasiones. Continuamente debemos aprender a orar bien, realmente orar, orientarla hacia Dios y no hacia el propio bien».

P. Jaime Emilio González Magaña, S. I.


lunes, 11 de junio de 2012

Concluyendo sobre el Simposio sobre Abuso Sexual

IMPRESIONES POSTERIORES


Por Pbro. José de Jesús Robelo C.
Diócesis de san Juan de los Lagos
Al terminar el encuentro, el padre François Dumortier S.J., rector de la Universidad Gregoriana, compartió su esperanza de que este encuentro haya sido un paso hacia la curación y prevención de la terrible herida de los abusos contra los menores. Y precisó que «no se trató meramente de un congreso universitario, sino también de una ocasión de espiritualidad a través de los diversos momentos: de las conferencias a las celebraciones, momentos de silencio y de palabra, para escuchar y reflexionar, de interioridad y de oración». Indicó, además, que «en el caso de los abusos sexuales hay una situación que no solamente tenemos que reconocer y enfrentar, sino que además nos lleva a actuar. Esperamos que esto pueda ayudarnos» (7) .

La Iglesia como Cuerpo vivo, afirmó el P. Federico Lombardi portavoz de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, debe caminar activamente para progresar siempre más en la capacidad de afrontar y superar estos problemas. Sea para escuchar a las víctimas, entender su sufrimiento, ayudarlos a sanar las heridas, sea en la prevención para que este tipo de problemas no se repitan más.

El padre Hans Zollner S.J., organizador del evento expresó recientemente sus impresiones en la revista la Gregoriana:

- El Simposio internacional organizado por la Gregoriana ha sido un punto de partida, no de llegada, ya que representó una ocasión privilegiada en la cual obispos y otros líderes eclesiásticos pudieron confrontarse. En muchos lugares existen ya practicas bellísimas que pueden intercambiarse, si bien el contexto cultural y de las leyes civiles es diferente de un país al otro. Este carácter de universalidad, realizado gracias al esfuerzo conjunto de los participantes, – gracias al trabajo y al apoyo de la Secretaría de Estado y de los Dicasterios Pontificios –, y de los relatores, fue indudablemente el elemento más nuevo y significativo de frente a este grave problema.

- La presencia y la contribución por parte de la señora Marie Collins y de la baronesa Sheila Hollins – que en calidad de miembro de la listening sessions dirigida por la Iglesia en Irlanda, ha escuchado cerca de 700 víctimas de abuso en ese país – fue la clave de lectura del ambiente y del desarrollo del Simposio. Sin embargo no se pensaba como un encuentro solamente agradable. Fue por el contrario captado como un paso adelante en el largo y doloroso camino de la Iglesia de asumir sus responsabilidades del pasado para trabajar por un futuro mejor.

- Muchos representantes que venían de diversos países de África y de Asia han dicho que comprendieron por primera vez la importancia y las proporciones del desastre de los abusos al interno de la Iglesia, y se espera que esto tenga un impacto fuerte, no solo en la introducción de las Líneas Guía, sino también en implementar medidas preventivas y en asumir las responsabilidades de los casos pasados (8) .

ACTAS DEL SIMPOSIO

Actualmente está en preparación la publicación de las Actas del Simposio en aproximadamente 12 lenguas (las principales del Oeste y Este de Europa y alguna del Oriente).

(7) Cf. H. S. MORA, La Iglesia pone fin a la cultura del silencio sobre los abusos a menores, clausurado el simposio «hacia la curación y la renovación», ZENIT, del 10 de febrero de 2012, http://www.zenit.org/article-41457?l=spanish.

(8) H. ZOLLNER, «Verso la guarigione...» pp. 18-19.
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NOTA: Esta es la 4ta parte de 4.

domingo, 10 de junio de 2012

¿Cómo responder al abuso sexual dentro de la Iglesia?

Continuación del Artículo sobre el Simposio

«Hacia la Curación y Renovación»

Por Pbro. José de Jesús Robelo C.
Diócesis de san Juan de los Lagos

El cardenal Reinhard Marx habló de la responsabilidad del Obispo en la guía de su Iglesia y en el contacto con los medios de comunicación. Mons. Stephen Rossetti iluminó sobre cómo cuidarse de los abusadores. El obispo Jorge Patrón Wong trató los retos de la formación sacerdotal. Don Desmond Nair y el P. Edenio Valle contaron la lucha con los abusos en Sud África y Brasil. Un equipo de cuatro teólogos de la Gregoriana (Profra. Tenace, P. Carola S.J., P. Rotsaert S.J., P. Yánez S.J.) elaboró una reflexión teológica sobre el problema de los abusos.

Mons. Charles Scicluna – promotor de Justicia de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y el contacto primario con las denuncias recibidas por la Santa Sede acerca de los abusos realizados por parte de sacerdotes y religiosos – afirmó que ninguna estrategia para la prevención de los abusos hacia los niños difícilmente podrá llevar a resultados sin esfuerzo y responsabilidad. Recordó a propósito, lo que dice el Papa Benedicto XVI dirigiéndose a los Obispos de Irlanda en el 2010: «Solamente una acción decidida llevada adelante con toda honestidad y transparencia podrá restaurar el respeto y la buena voluntad de los Irlandeses hacia la Iglesia a la que consagramos nuestra vida». Las palabras del Santo Padre recuerdan lo que dice el Señor en el Evangelio de san Juan: «La verdad los hará libres» (Jn 8, 32). Una honesta búsqueda de la verdad y de la justicia, es la mejor respuesta que podemos ofrecer al triste fenómeno de abuso sexual a los menores por parte de clérigos. La «mortal cultura del silencio», es de por sí equivocada e injusta. Por eso se tiene la obligación, para los líderes de la Iglesia, de cooperar con las autoridades civiles observando que «el abuso sexual de menores no es solamente un delito canónico o una violación de un Código de conducta interno de una institución, religiosa o de otra, representa también un crimen perseguido por el derecho civil. Por cuanto las relaciones con las autoridades civiles pueda variar de un país al otro, es todavía importante colaborar con ello en el ámbito de las respectivas consecuencias». La Carta circular de la Congregación para la Doctrina de la Fe del 3 de mayo de 2011 especifica también: siempre se deben seguir las prescripciones de las leyes civiles en lo que toca a las autoridades encargadas, sin prejuicio del foro interno sacramental. Naturalmente que esta colaboración no se refiere solo a los casos de abuso cometidos por clérigos, sino que también incluye aquellos casos de abuso en los que tiene que ver el personal religioso o laico que trabaja en las estructuras eclesiásticas. Durante su intervención, afirmó además, que «no es aceptable» por parte de los obispos ignorar los protocolos anti-abuso preparados por el Vaticano o por las respectivas Conferencias episcopales. Así mismo señaló que ya hay normas concretas en el derecho canónico que permiten sancionar a los obispos por la «negligencia y culpa en el ejercicio de sus propias funciones» (cf. CIC cann. 1389 e 128) (5).

Mons. Tagle, Arzobispo de Manila, observó cómo algunas culturas no europeas presentan elementos que en cualquier caso pueden favorecer que se efectúen los abusos, como un ejemplo la fuerte propensión al tacto, el gran poder concedido a los adultos en relación con los niños, el modo vago y amplio de definir la familia, la consideración casi «divina» de la que el clero goza. También reveló cómo el problema y las graves consecuencias que ha traído requieren sobre todo una respuesta de tipo pastoral. Según el Arzobispo de Manila, los elementos principales de una respuesta como ésta al problema podría ser la cura pastoral de las víctimas y de sus familias, de la comunidad dañada, del clero no acusado, de los superiores y de los obispos. También para el sacerdote autor de la violencia sexual es necesaria la curación pastoral, y el modo mejor es ponerlo de frente a su mala conducta aplicando los procedimientos eclesiásticos y canónicos relativos. El obispo deberá observarlas escrupulosamente, especialmente cuando la gravedad del hecho puede conducir a la destitución del estado clerical. Todo esto presenta el problema delicado y siempre actual de una adecuada selección y formación, no solo de los candidatos al sacerdocio y a la vida religiosa, si no sobre todo al grado del episcopado. «Hoy es difícil y doloroso ser un superior o un obispo – concluyó Mons. Tagle – porque en ocasiones, uno se siente perdido, confuso y lleno de vergüenza cuando un miembro del clero comete una violencia sexual. Mientras se ayuda a los propios sacerdotes, es necesario también juzgar. Al mismo tiempo no se puede defender a los sacerdotes, descuidando la verdad, la justicia y el bien de las víctimas y de la comunidad. Los superiores son golpeados por todas partes. Son acusados de cubrir si son discretos, son acusados de faltos de comprensión, si son firmes».

Las tardes fueron dedicadas a talleres conducidos por un equipo de Virtus, un programa cuidado por la National Catholic Risk Retention Group de la Iglesia de Estados Unidos, y creado con el fin de ayudar a la Iglesia en la tarea de la prevención de los abusos. Al interno del programa se previeron una liturgia penitencial (presidida por el Card. Ouellet) y una celebración Eucarística (presidida por el Card. Filoni) inspirada en este tema. En el curso de la liturgia penitencial, el Prefecto de la Congregación para los Obispos, junto a otros 10 obispos, pidió perdón por no haber realizado bien la tarea de proteger a los menores y haber actuado como un «instrumento del mal en contra de ellos» (6) .

Como fruto del Simposio se ha creado un centro multi-lingüístico de ayuda y prevención en internet que permitirá desarrollar una cultura para escuchar a las víctimas y para tener acceso a las informaciones disponibles. Se trata de un Centro de estudio a distancia con sede en Münich, Alemania, conocido como Centro para la protección de los niños del Instituto de psicología de la Universidad Pontificia Gregoriana. Será dirigido por Hubert Lieghardt, profesor invitado en la Universidad Gregoriana y docente en la Universidad de Ulm. El centro dispone de financiación para tres años, durante los cuales promoverá la difusión y buenas prácticas para la creación de estructuras locales, con la tarea de introducir sólidos procedimientos que permitan la intervención rápida y eficaz en casos de problemas relacionados con los abusos. La estructura trabajará con ocho proyectos asociados entre diócesis y congregaciones religiosas, en inglés, español, italiano, alemán. Dos de estos proyectos asociados se encuentran en África (Ghana y Kenya), dos en América Latina (Argentina y Ecuador), dos en Asia (India e Indonesia) y dos en Europa (Alemania e Italia). El sitio web es: http://www.elearnig-childprotection.com/

(5) Cf. C. J. SCICLUNA, La búsqueda de la verdad en casos de abuso sexual: Un deber moral y jurídico, Pontificia Universidad Gregoriana, 6-9 de febrero de 2012.

(6) Cf. M. OUELLET Cardenal, Homilía para la Vigilia penitencial en ocasión del Simposio «Hacia la sanación y la renovación», Iglesia de San Ignacio, Roma, 7 de febrero de 2012.
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NOTA: Esta es la 3ra parte de 4.

sábado, 9 de junio de 2012

Desarrollo del Simposio sobre Abuso Sexual

DESARROLLO DEL SIMPOSIO

Por José de Jesús Robelo C.
Diócesis de san Juan de los Lagos


Participaron los representantes de 110 conferencias episcopales del mundo, 35 superiores Generales de congregaciones religiosas masculinas y femeninas, algunos representantes de las Iglesias Orientales, Rectores de Colegios de Roma, Rectores de Universidades Católicas de todo el mundo, expertos en psicoterapia, derecho canónico, educación y miembros de varios ritos al interno de la Iglesia.

Al iniciar el Encuentro se leyó un mensaje enviado por el Cardenal Secretario de Estado Tarcisio Bertone que dice: «El Santo Padre asegura sus oraciones por esta importante iniciativa. Pide al Señor que, a través de sus deliberaciones, muchos obispos y superiores religiosos de todo el mundo puedan recibir ayuda para responder, al estilo de Cristo, a la tragedia del abuso de menores. La curación de las víctimas debe ser de suma importancia en la comunidad cristiana, y debe ir de la mano de una profunda renovación de la Iglesia en todos los niveles. Nuestro Señor nos recuerda que todo acto de caridad, incluso hacia el más pequeño de nuestros hermanos, es un acto de caridad hacia Él (cf. Mt 25,40). El Santo Padre apoya y alienta todos los esfuerzos para responder con caridad evangélica al reto de proporcionar a los niños y adultos más vulnerables, un ambiente eclesial propicio para su crecimiento humano y espiritual. Y motiva a los participantes del Simposio a seguir recurriendo a la amplia gama de conocimientos especializados, con el fin de promover en toda la Iglesia una fuerte cultura de protección eficaz y apoyo a las víctimas (2)» .

Los temas que se tocaron durante el encuentro ayudaron a reflexionar los variados ambientes que tienen que ver con el problema de los abusos. La mayoría de las personas que fungieron como relatores, son actualmente, responsables de la pastoral de la Iglesia católica de las más diversas partes del mundo, con el fin de mostrar que la situación de los abusos no se reduce solamente a los países occidentales, sino al mundo entero.

La tarde del lunes 6 de febrero el Simposio fue inaugurado con una conferencia del Cardenal William J. Levada quien subrayó la necesidad de un enfoque interdisciplinar –canónico, teológico, pastoral, psicológico- al triste fenómeno de los abusos en la Iglesia y en el mundo. Refirió, además, que se han reportado a la Congregación de la Doctrina de la Fe más de 4000 casos de abuso sexual en los últimos diez años, muchos de estos casos se remontan a décadas. Según el Card. Levada, los Estados Unidos, Canadá, Australia y Alemania son los países que han adoptado normas y líneas guía entre las más completas y rigurosas, pero agregó que, en muchos casos estas respuestas llegan solo cuando se ofrecen revelaciones por parte de los medios de comunicación acerca de comportamientos escandalosos por parte de sacerdotes (3).

Durante las mañanas del 7 al 9 de febrero se realizaron nueve conferencias principales, seguidas por discusiones plenarias, dirigidas por psiquiatras, expertos en la formación sacerdotal, canonistas, obispos y religiosos – algunos de ellos ex alumnos de la Gregoriana – que han tenido que enfrentar dolorosas situaciones en sus respectivas Diócesis y Congregaciones.

Para dar voz a las víctimas, en el transcurso de la primera conferencia se tuvo el testimonio de una persona que sufrió el abuso por parte de un sacerdote cuando tenía 13 años, Marie Collins, ayudada por una psiquiatra. Su testimonio tocó fuertemente a los participantes. Ella narró también el comportamiento adoptado por los superiores del abusador, que se limitaron a echarle a ella la culpa de lo sucedido, sin buscar en alguna manera de detenerlo. Esta falta de escucha y colaboración causaron en ella un sufrimiento y un shock más fuerte que el abuso mismo. La Sra. Collins afirmó que desea que la Iglesia escuche y respete a las víctimas y que tome seriamente sus acusaciones. Agregó que para ella escuchar a un líder de la Iglesia pedir perdón por haber defendido a un abusador es fundamental para sanar; desea también tener la certeza que hay consecuencias disciplinares para aquellos que no respeten las normas de la Iglesia. Todos, especialmente los laicos que creen, tienen el deseo de crecer en tranquilidad «para denunciar el pecado cuando eso suceda, de llamarlo crimen – porque se trata de un crimen – y de hacer algo al respecto» (4).

(2) T. BERTONE, Secretariat of State No. 198.767, Vatican, 30 january 2012.

(3) Cf. W. LEVADA Cardenal, El abuso sexual de menores: Una respuesta polifacética al reto, Pontificia Universidad Gregoriana, 6 de febrero de 2012.
(4) Cf. M. Collins y S. Hollins, Sanando una herida en el corazón de la Iglesia y la Sociedad, «La verdad os hará libres»: Escuchando, entendiendo y actuando para sanar y empoderar a las víctimas, Pontificia Universidad Gregoriana, 7 de febrero de 2012.
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NOTA: Esta es la 2da parte de 4.



viernes, 8 de junio de 2012

«HACIA LA CURACIÓN Y LA RENOVACIÓN»

¿CÓMO RESPONDER AL ABUSO SEXUAL DENTRO DE LA IGLESIA Y DE LA SOCIEDAD? (1) 

Por Pbro. José de Jesús Robelo Cuevas
Diócesis de San Juan de los Lagos


INTRODUCCIÓN

La Pontificia Universidad Gregoriana de Roma organizó del 6 al 9 de febrero de 2012 un Simposio ― encuentro de estudio y reflexión — sobre el problema del abuso sexual de menores y de personas vulnerables, bajo el título «Hacia la Curación y la Renovación». El objetivo fue: proporcionar información a obispos católicos y superiores religiosos sobre los recursos disponibles, mundial e interculturalmente, para responder al abuso sexual dentro de la Iglesia y de la sociedad. Los trabajos tomaron como base la reciente Carta Circular (mayo 2011) de la Congregación para la Doctrina de la Fe pidiendo a todas las diócesis que se desarrollen, en el lapso del año, «procedimientos adecuados tanto para asistir a las víctimas de tales abusos como para la formación de la comunidad eclesial en vista de la protección de los menores». Expertos en los campos de la Psicología, Derecho Canónico, Teología y Ministerio Pastoral, compartieron sus conocimientos para que los participantes puedan promover una respuesta consistente y mundial por parte de la Iglesia que protege a los más débiles e invita a un liderazgo creativo a las comunidades eclesiales.

PROYECTO

El Simposio forma parte de un proceso importante en el camino que la Iglesia se propone recorrer para confrontarse con la «herida abierta» de los abusos a menores y adultos indefensos, como lo ha definido el Santo Padre. En septiembre del 2010 el Consejo Directivo de la Pontificia Universidad Gregoriana decidió organizar un Simposio sobre el tema, iniciativa que encontrón desde el inicio el apoyo explícito y la ayuda concreta por parte de los Dicasterios más relacionados con el trato de los casos de abuso. El Simposio deseaba ser también una respuesta a la reciente carta Circular de la Congregación para la Doctrina de la Fe y un aporte concreto de la Universidad Gregoriana al servicio de toda la Iglesia. Para el financiamiento se han utilizado los aportes de la Universidad, de la notable ayuda de la Arquidiócesis de Münich de Baviera y de algunas otras entidades eclesiásticas.

EXPOSITORES

Participaron como expositores: El Cardenal William Levada, prefecto para la Congregación de la Doctrina de la Fe (USA), la Sra. Marie Collins, víctima de abuso sexual por un sacerdote (Irlanda), la Sra. Sheila Hollins, profesora de Psiquiatría (Inglaterra), Mons. Stephen Rossetti, profesor clínico de la Universidad Católica de América (USA), el Padre Desmond Nair, consejero de la Conferencia Episcopal (Sud África), Mons. Charles Scicluna, promotor de justicia de la Congragación para la Doctrina de la Fe (Malta-Roma), el Padre Edenio Valle, fundador del Instituto terapéutico Acolher (Brasil), Mons. Jorge Patrón Wong, obispo coadjutor de Papantla (México), Mons. Luis Antonio Gokim Tagle, obispo de Imus (Filipinas) y el Cardenal Reinhard Marx, Arzobispo de Münich (Alemania).

OBJETIVOS

En una mirada general del Simposio se pretendió examinar: a) historias de las víctimas y recursos pastorales de curación; b) la más reciente y avanzada información sobre tratamiento para agresores; c) la revisión de las mejores prácticas de protocolo de derecho civil y canónico para responder, reportar y prevenir; d) los caminos positivos de trabajo con los Medios de Comunicación Social; e) las múltiples e interculturales cuestiones relacionadas en la promoción de una respuesta consistente y mundial de la Iglesia; f) la reflexión teológica y pastoral de académicos provenientes de diferentes partes del mundo sobre formas de fomentar estructuras y liderazgos creativos, transparentes y activos en la Iglesia; g) la introducción a sitios web multilingües y de aprendizaje electrónico dirigidos a obispos y superiores religiosos para ayudar en la promoción de comunidades más seguras.

(1) ste artículo está basado en dos fuentes principales, la primera: el Simposio, publicado en el sitio web de la Universidad durante el evento: http://thr.unigre.it/vescovi2012/es-es/intro.aspx y la segunda: H. Zollner, «Verso la guarigione e il rinnovamento, Chiesa e abusi sessuali su minori» en La Gregoriana, año XVII, n. 42, Roma, marzo 2012, pp. 14-19.
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NOTA: El artículo lo he dividido en 4 partes, la presente corresponde a la 1ra. parte

jueves, 7 de junio de 2012

Complot... ¿En el Vaticano?

COMPLOT… ¿EN EL VATICANO?

Hasta hace poco tiempo, nadie hubiera podido dar crédito a la cantidad de chismes y elucubraciones en torno al sucesor de San Pedro y su misión. Se constata la triste realidad que Benedicto XVI había ya advertido en el sentido de que: «los ataques al Papa y a la Iglesia no sólo llegan desde fuera, sino que los sufrimientos de la Iglesia vienen precisamente de su interior». Lo que ahora nos preocupa nos remite al pasado 18 de mayo cuando salió a la venta el libro del periodista italiano Gianluigi Nuzzi intitulado «Su Santidad: Los documentos secretos del Vaticano». La publicación contiene información reservada a la Santa Sede y documentos privados del Santo Padre que la sala de prensa vaticana ha calificado no solo de «una discutible –y objetivamente difamatoria-, iniciativa periodística, sino que asume claramente las características de un acto criminal». Es un hecho que el Santo Padre, e incluso los remitentes de los mensajes a él dirigidos, han visto violados sus derechos personales de reserva y de libertad en la correspondencia.

En la tarde del miércoles 23 de mayo fue arrestado Paolo Gabriele, mayordomo del Papa, luego de que en su apartamento se encontraran documentos reservados de la Santa Sede. Gabriele, casado y con tres hijos y uno de los miembros de la llamada «familia pontificia», un grupo de 9 personas que sirve de manera personal al Pontífice, permanece detenido en la Gendarmería Vaticana. A partir de este lamentable hecho, semejante a una novela de ficción estilo Dan Brown, todo ha sido chisme y comentarios infundados que han llegado al extremo de afirmar que existe un «complot» en contra del Papa que llegaría al extremo de planear su asesinato. El jesuita Federico Lombardi, ha desmentido categóricamente las versiones de la prensa sensacionalista que ha afirmado la existencia de algunos aparatos de grabación y de reproducción en la casa del mayordomo. Añadió que Carlo Fusco, abogado de Gabriele, ha afirmado que el acusado tiene el deseo de colaborar con el caso, que su esposa «no ha concedido jamás una entrevista y que el mayordomo se encuentra muy sereno y tranquilo», contrario a todo lo que se ha dicho en los medios.

Los abogados también expresaron su «estupor» por las versiones de algunos diarios que afirman tener elementos del caso que ellos desconocen. Asimismo, el padre Lombardi expresó firmemente que no existe algún cardenal sospechoso: «Lo desmiento del modo más total, no hay ningún cardenal italiano o no italiano sospechoso de modo particular». El jefe de la oficina de prensa vaticana pidió considerar que «la comisión cardenalicia nombrada por el Papa escucha a diversas personas, entre ellos cardenales que son responsables de diversos despachos de la curia, pero esto no significa en absoluto que haya motivos de sospecha. Lo desmiento y no tiene fundamento. También desmiento que haya alguna mujer investigada, en una entrevista o presunta entrevista de un diario italiano, se hablaba de un grupo de relatores nombrados por el Papa y dirigidos por una mujer». Y añadió: «estamos en la pura fantasía, no hay en absoluto ningún fundamento sobre esto, y los invito a dudar en las entrevistas de este tipo».

Cuando se afirma que Gabriele podría ser declarado culpable del crimen de posesión ilegal de documentos de un Jefe de Estado, lo que está penado con 30 años de cárcel, el Padre Lombardi declaró el sábado que la idea es acusarlo solo de «robo agravado». Y ante las supuestas «luchas de poder» internas en el Vaticano que precederían una sucesión papal anticipada, el jesuita consideró estas versiones como exageradas y sin fundamento, por lo que hizo un llamado a la objetividad. También ha habido algunos medios italianos que han publicado unas declaraciones de personas anónimas que se autodenominan «los cuervos», señalando que Paolo Gabriele es solo un «chivo expiatorio» y afirman que han hecho estas maniobras para ayudar al Santo Padre. Sin embargo, ninguna fuente anónima ha sido capaz de responder a la pregunta « ¿Cómo ayuda al Papa la filtración de documentos y correspondencia secreta que traen mala prensa a la Santa Sede?». Obviamente el Santo Padre está preocupado y se muestra cansado -y yo diría triste- como pudimos percibir en la celebración de la Eucaristía de Pentecostés y en el rezo del ángelus ante miles de personas que le manifestamos nuestro amor, respeto y apoyo incondicional. No cabe duda que, como hombre santo, está siendo sometido a la prueba y la persecución, sin embargo, conserva su habitual serenidad, su amable sonrisa y nos da un testimonio hermoso de fe y esperanza, a pesar de las circunstancias de dolor y confusión que estamos viviendo como Iglesia y él, como un gran pastor.

P. Jaime Emilio González Magaña, S. I.



miércoles, 6 de junio de 2012

La Vocación como un proceso para toda la vida


1. Naturaleza e importancia de la formación sacerdotal

En el diccionario del Sacerdocio, en el punto que habla sobre la Relevancia teológica del concepto, se afirma:

La vida cristiana, de la que la vida sacerdotal es una concreción, tiene una doble estructura, progresivo-dinámica e histórico-experiencial, es asentimiento que madura a lo largo de un camino constante, adhesión mental-afectivo-volitiva que sólo se produce al cabo de un largo proceso. El sí histórico, dado el día de la ordenación, es un sí que se prolonga y se hace real a lo largo de la historicidad personal. En este sentido el sí es un proceso de maduración, un largo y lento peregrinar hacia la Patria donde el creyente presbítero alcanzará la plena realización, identidad. Según esto, la vida sacerdotal será un proceso progresivo de asimilación de los sentimientos del Buen Pastor, que se preocupa por sus ovejas y quiere salvar a todas .

Se trata de un proceso que nos lleva a una maduración que conlleva diferentes etapas y que afecta toda nuestra vida. Por eso es muy importante que vayamos conociendo los diferentes aspectos y matices con los cuales se va presentando durante la dinámica de maduración hacia la propia identidad y la configuración con Jesucristo buen Pastor. Se trata de llegar a la configuración con los sentimiento del Hijo, es decir de Jesucristo en su relación con Dios Padre. Para poder entender la consecuencia que se deriva en la misión (pastoreo) es necesario saber a que soy llamado (filiación) es decir la identificación con el Hijo de Dios y a través de él nuestra participación en dicha filiación divina.

De esta manera podemos ver que toda vocación, corresponde a un proceso vitalicio, como a continuación exponemos en esta cita:

Si esto es así, si tal es el fin de la vocación sacerdotal, la formación no es ya sólo camino propedéutico, pedagogía que prepara para asumir una identidad y las obligaciones ligadas a ella, sino que se convierte directamente en teología, en un modo teológico de pensar y definir la misma consagración a Dios, es decir, en un lento y progresivo proceso de formación en nosotros del hombre nuevo, o de un corazón humano capaz de asumir los sentimientos divinos, de latir al ritmo del corazón de Dios. La vida del presbítero, en definitiva, es formación en sí misma; la formación entonces, ya no es una exigencia extrínseca, sino la que la define intrínsecamente. Las razones funcionales: tácticas y/o estratégicas, han de dejar paso a las razones estructurales, teológicas (PDV 70) .



martes, 5 de junio de 2012

Importancia de la Formación

Preparación para la vida ministerial


La vida no es fácil, creo que todos podemos coincidir en ello, el mundo se presenta de una manera especialmente desafiante. Todos los tiempos han tenido sus propios retos, y nos corresponde a nosotros desarrollarnos en este tiempo, sin olvidar que juntos hacemos la historia. Se comienza con la propia historia, sin pretender cambiar el mundo, sino convertirse verdaderamente en discípulos de Jesús el Maestro, el verdadero formador.

La importancia de la formación

Toda formación humana es muy importante, implica un verdadero compromiso, no solamente de los formadores, sino del formando, de una manera explícita dentro de un marco de disponibilidad y docibilidad. No es tarea fácil, ya que implica un verdadero compromiso de ambas partes (formando y formador), y en este caminar juntos, se va discerniendo la voluntad de Dios. Por ello que es muy importante dentro de la formación sacerdotal en el seminario, y después en la formación permanente, se cuente con un instrumento que sea útil en el crecimiento de la persona en todas las áreas que se laboran en el seminario (humano, espiritual, intelectual y pastoral) de tal manera, que en la medida en que se vaya desarrollando, al ritmo de los años escolares y de las etapas de formación: propedéutico – filosofía – teología, el formando vaya tomando conciencia de sus propias fortalezas y debilidades, y con el acompañamiento adecuado de parte de los formadores y del equipo profesional que les apoya, pueda ir desarrollando sus potencialidades y subsanando sus deficiencias. Así, el formando, al ser más consciente de su realidad, será más responsable al llamado de Dios a la vida sacerdotal ministerial.

La importancia del acompañamiento y del discernimiento vocacional

Un proyecto de acompañamiento y discernimiento vocacional adecuado, enmarcado en un proyecto personal de vida, auxiliará de una manera notable en la madurez psicológica, espiritual y social del formando, haciéndolo más responsable de su desenvolvimiento como persona y como creyente. Podrá comunicar de manera clara y ordenada sus propios pensamientos, sus aspiraciones, así como sus momentos de incertidumbre o duda, fomentando realmente en él, una edificación sólida en los valores del Reino de Dios.

El Proyecto Personal de Vida

Revaloremos el proyecto personal de vida en nuestros seminarios, como el instrumento eficaz que permite, con la ayuda de Dios, la edificación de la propia vida sobre una base sólida, como la casa cimentada sobre la roca, la roca que es Cristo.



sábado, 2 de junio de 2012

Cómo administrar las tensiones

Administrar las tensiones


Hans Zollner

La vocación no es el ingreso en una second life, sino a la vida real. Para permanecer en ella, afrontar las tensiones espirituales, comunitarias y psíquicas significa captar, aceptar, elaborar. Los ejemplos han ya explicado el sentido de estos tres verbos. Algunos ideas conclusivas.

 En cada tensión se mueven elementos psíquicos, comunitarios y espirituales. Cada persona debe individuar su capacidad para soportar, entre un “demasiado” y un “demasiado poco”.

 Evitar las tensiones significa perder una oportunidad. Huir de las personas que nos rompen los nervios, posponer hasta el infinito decisiones importantes, arrastrar ansias... congela el crecimiento y el aprendizaje. Cuando existe una tensión es útil recordar que tenemos delante de nosotros, no solamente una situación difícil sino el surgir de un nuevo horizonte de significado o para profundizar ulteriormente.

 Remover tensiones o trasladarlas hacia otro objeto, mezcla irremediablemente sus componentes espirituales, comunitarios psíquicos. No se logra nunca más dar un nombre a lo que está sucediendo. Y después, no se pueden negar impunemente: regresarán en forma más marcada y como fuente de amargura, privadas de su oportunidad de agrandar el corazón y hacerlo más amante.

 Para integrar el polo “negativo” (los dilemas de Erikson) y no caer en la desilusión, es necesario aceptar la crisis como componente del vivir, sin agregar inmediatamente la previsión automática del tener que sucumbir.

Permanecer también delante del polo negativo ofrece el descubrimiento cautivante de que aquello que parecía una derrota se ha revelado también como un descubrimiento para vivir en forma más libre consigo mismo y con los otros. Hay aquí, aquella conexión interesante entre salud y religión que muchos estudios han evidenciado y sobre la que la vida vocacional es un excelente gimnasio.

 Soportar las tensiones no es solamente una cuestión de resistencia psicológica. Se necesita una motivación que nos permita tolerar el reconocerse contemporáneamente seguros y perplejos, competentes y en culpa, unidos y separados... Últimamente es una motivación religiosa. Los consagrados tienen delante de sí una cumbre: Dios. Si no saben cuál es la cumbre, el ponerse en movimiento es ya fatigoso y el primer obstáculo provoca el deseo de volver atrás. A esta cumbre nos conduce una Guía que nos ha demostrado, con su muerte y resurrección, cómo afrontar las tensiones del camino.